martes, 16 de septiembre de 2008

Consejos para prevenir y reducir la flacidez



Tanto hombres como mujeres, más tarde o más temprano, vamos a ser “víctimas” de la flacidez.
Ésta puede ser provocada a raíz de distintos factores, uno de los más comunes es el paso del tiempo. Las proteínas que sostienen y la mantienen la piel adherida sobre los músculos, como la colágena o la elastina, con el paso del tiempo van perdiendo eficacia. Si a eso le sumamos otros factores como la obesidad, la falta de ejercicio y una mala alimentación, la flacidez seguro que llegará antes.



Una de las formas de reducir la flacidez muscular es haciendo ejercicio, en particular todos aquellos que impliquen un trabajo localizado: musculación, gimnasia localizada con barras, mancuernas, clases grupales que tengan relacion con ejercicios de esfuerso como body pump, aero trainning, o natación. No es recomendable realizar actividades de alto impacto hasta que el músculo tenga nuevamente su tonicidad, de lo contrario aparecería otra gran enemiga: la celulitis.
Después de realizar actividad física hay que ducharse inmediatamente, y en lo posible con agua fría, ésta tensa la musculatura.
Llevar una dieta saludable en la que estén incluidos alimentos con altos valores de vitamina A, y ricos en fibras también es ideal.
Estar hidratado es fundamental, y de ser posible una sesión de masajes reafirmantes también es muy efectivo para devolverle a la piel su tonicidad.
Hay que tener cuidado durante el verano con la exposición solar, porque si se da en exceso y la piel es muy clara, los rayos solares van deteriorando a la colágena y la elastina, propiciando la aparición de flacidez, arrugas y manchas en la piel




Actividad física durante el embarazo


Durante el embarazo son muchísimos los cambios a los que queda expuesto el cuerpo de la mujer. Se generan modificaciones cardiovasculares, respiratorias, endócrinas, y metabólicas, además de los cambios notorios a la vista. Hay una mayor producción de hormonas, y se gana peso. Es por eso que es importante mantenerse activa, dado que todos estos cambios hacen que se pierda movilidad, y que sea más difícil coordinar el centro de gravedad de la embarazada.
El cuerpo de la mujer se ve sometido a una sobrecarga importante, y a diferentes distensiones musculares. Por lo tanto tener un buen estado físico es fundamental para llevar adelante una buena gestación y estar en mejores condiciones para hacerle frente al trabajo de parto.
El trabajo físico en las
no suma resistencia o fuerza, sino que previene la flacidez.
Para planificar actividad física pensada para
es importante tener en cuenta que éstas no deben fatigarse, cualquier aumento del ritmo cardíaco más allá de lo normal no es recomendable. La actividad física deberá hacerse de la manera más moderada posible, y dedicada a ejercitar más que nada la flexibilidad, la tonificación, y la elasticidad.
Los ejercicios de piernas y brazos pueden seguir realizándose normalmente atendiendo solo a que no sean de sobrecarga. Sin embargo, los abdominales y dorsales deberán tener mayor atención según vaya avanzando el embarazo.

Una muy buena alternativa de ejercicio es la hidrogimnasia, ya que en el agua el cuerpo pesa menos, y el cansancio es menor también. Por otra parte el agua caliente relaja, y estar en una piscina le da más seguridad a la embrazada porque no siente temor a caerse.
Sino se puede ir a una piscina, caminar es el ejercicio ideal para todas las embrazadas, dado que una buena caminata asegura el movimiento de un gran número de músculos. Se tonifican las piernas, pero también la espalda y el vientre. Lo recomendable es caminar a diario por un período de una hora, a ritmo constante, no importa si es lento o rápido, eso estará determinado según la capacidad de la mujer previa al embarazo.
La realización de actividad física durante el embarazo ayuda al momento del parto, y a una mejor recuperación del estado físico luego de este.